KAREN KOSZUT PENSÓ QUE TENÍA UN MAL DOLOR DE CABEZA. ERA UN ANEURISMA CEREBRAL

"Mi esposo bajó para conseguirme una aspirina. Cuando regresó, le pedí que llamara al 911 o que me llevara al hospital. Me sentía como si no fuera yo misma".

Hace casi 13 años, fui a acostarme sintiéndome muy bien. Pero, a mitad de la noche, me desperté con un dolor de cabeza horrible. Era como si mi cabeza estuviera siendo aplastada.

Para ayudar a calmar el dolor, intenté salir de la cama para bajar a traer una aspirina, pero ya que el dolor era tan intenso, me caí. Regresé a la puerta de mi habitación e intenté agarrar el mango de la puerta, pero en lugar de eso me golpeé la cabeza y desperté a mi esposo.

Le dije: "No estoy bien. Algo está mal".

Mi esposo pensó que tenía gripe. Entonces, me puso en la cama y bajó a traerme una aspirina. Pero, mientras estaba acostada en la cama, sentía como si mi mente se alejara. Cuando él regresó, me senté y le pedí que llamara al 911 o que me llevara al hospital. Sentía como que no era yo misma.

Fuimos al hospital local en Palos Heights y me realizaron una tomografía computarizada. La prueba mostró que había dos fugas detrás de mi nervio óptico. Los médicos me enviaron a UI Health de inmediato.

En menos de seis horas de estar en UI Health, me llevaron a cirugía.

Cuando me desperté, el cirujano, el Dr. Konstantin Slavin (Inglés), me dijo que tenía un aneurisma. Yo ni siquiera sabía lo que era un aneurisma.

Me dolía la cabeza todos los días después de la cirugía, pero con el tiempo, empecé a sentirme mejor. Dos semanas después, el Dr. Slavin dijo que era hora de regresar a casa.

"Pero no quiero ir a casa", le dije. Quería quedarme en UI Health. Me sentía a salvo. Sin embargo, el Dr. Slavin dijo que me había recuperado muy bien y que era hora de regresar a mi vida normal.

Lo que más me gustó del Dr. Slavin es que él fue muy amable conmigo y respondió todas mis preguntas. Me hizo sentir como si fuera una paciente muy especial para él. Me ayudó a entender lo que era un aneurisma. Fue paciente y honesto conmigo.

El Dr. Slavin dijo que yo era el mejor ejemplo de un paciente con aneurisma porque no sufrí de ningún otro comportamiento que alterara mi vida. De hecho, muchas personas no son tan afortunadas como yo - y se mueren. No sabía lo afortunada que era.

Ahora que estoy completamente recuperada, a cualquiera le sería difícil saber que tuve un aneurisma. Seis meses después de la cirugía, el Dr. Slavin dijo que no necesitaba verlo más.

Recuerdo haber dicho: "¡No! ¡Quiero seguir viéndolo!"

Pero él me dijo que tenía pacientes más enfermos a quienes debía cuidar - y que yo iba a estar bien.

Es chistoso pensar que podría gustarte ir al hospital, manejar hasta allí, hacer una cita, sentarte en la sala de espera, sólo para verlo - pero es que el Dr. Slavin significaba mucho para mí. Siempre supe que estaba en buenas manos.